La Nueva Bauhaus Europea, comprometida con un auténtico trabajo y desarrollo sobre el terreno, concibió, ya en su nacimiento, poder apoyarse en pequeñas iniciativas locales que fomentaran la implicación de los ciudadanos. A estos proyectos los llamó ‘Demostradores emblemáticos’ (Lighthouse demonstrators).
El objetivo estaba claro: Trabajar en contacto directo con las comunidades a través de acciones que, aunque centradas en distintos temas, basaran su filosofía en los valores NEB: Belleza, Sostenibilidad e Inclusión. En los entornos construidos, ciudades o pequeños municipios, el papel de dichos proyectos resulta esencial. Pero, ¿y entre ellas? La Comisión Europea llegó a la conclusión de que ‘la frontera’ entre estos núcleos urbanos, en muchas ocasiones, es el mar.
Además, se suma el hecho de que el 41% de la población de la Unión Europea vive en zonas costeras. Qué mejor forma de empezar el camino hacia la transición ecológica que a través de la implicación de los habitantes en ella, mediante acciones que, a su vez, pongan en valor su patrimonio cultural. Así es como nació ‘Bauhaus of the Seas Sails’, un movimiento gestado por la fundación internacional TB21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary.
Esta entidad, con sede en Madrid, trabaja en asociación con el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, y cuenta con otros importantes polos de actuación como Venecia. Coordina, a día de hoy, un consorcio formado por 18 socios, y está dotada con una financiación que asciende a cinco millones de euros. La fundación cree firmemente en la importancia del arte y la cultura como portadores de la transformación social y ambiental. Por eso, la TB21-Academy, dependiente de ella, funciona como una incubadora de acciones, todas ellas enfocadas en dos objetivos principales:
- Reconciliar al ser humano con el mar.
- Reconectar a las comunidades con sus hábitats y formas de patrimonio material, ecológico, estético y cultural.