Fachadas de vivos colores y patrones de decoración llamativos. Negocios de toda la vida que conviven con emprendedores noveles y cadenas comerciales. Para unos ojos que la ven por primera vez, la Plaça Mayor de Olot (Girona) es toda una escena costumbrista en la que la arquitectura y sus vecinos son los protagonistas.
Sin embargo, el retrato no se queda ahí; La plaza habla por sí misma de los retos del centro histórico de la localidad catalana: Viviendas vacías, patrimonio que padece patologías estructurales y constructivas, e inconvenientes para el crecimiento económico de los comerciantes.
Es por eso que el estudio Unparelld’arquitectes, dirigido por Eduard Callís y Guillem Moliner, se puso manos a la obra, junto a otros colaboradores y técnicos municipales del ayuntamiento, para dar una respuesta innovadora a todos estos desafíos. Su intervención, basada en la regeneración de este espacio, ha sido reconocida en la primera edición de los Premios de la Casa de la Arquitectura, en la categoría Acción Pública.
La actuación se ha basado en tres acciones específicas: Realzar el valor patrimonial de las casas que constituyen los cuatro frentes de la plaza, y que fueron reformadas entre los siglos XIX y XX; reforzar la autoestima de vecinos y ciudadanos, que disfruten de un espacio de auténtica calidad; y movilizar la vivienda deshabitada, que suponía aproximadamente un tercio del total.
Asimismo, la metodología empleada para el diagnóstico inicial resulta un buen ejemplo de co-creación, pues el mapeo de datos no habría sido fructífero sin las conversaciones con en torno a 70 locales durante el pasado año 2024.
Este diálogo participado por los propios habitantes de Olot fue el que llevó al estudio a llevar a cabo una propuesta que superaba lo acordado en un primer momento, el cambio del pavimento.
“Hablando con ellos decidimos decirle al ayuntamiento que quizás no era necesario cambiar el pavimento, que es lo que nos habían pedido, y que realmente lo necesario era fomentar la autoestima por el lugar”, explicaba uno de los miembros de Unparelld’arquitectes durante la ceremonia de entrega de los galardones en el mes de mayo.
El jurado de los premios de LCA ha valorado la actuación como “un gesto colectivo, un acto de cuidados (…) y una forma de tejer la memoria colectiva”, lo que se ve reflejado en el detalle y la atención de sus promotores por levantar puentes entre el pasado y el futuro.
Bienes de Interés Cultural y materiales originales
Como ocurrió en el proyecto en la antigua fábrica de Vapor Còrtes en Barcelona, la cubierta de los edificios de la Plaza Mayor de Olot se ha mantenido, hecha a base de teja árabe. Esta cuestión ha sido especialmente importante en dos de los inmuebles, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), Can Casabona y la antigua tienda Ràdio Puig.
La superficie construida supone hasta 5.000 metros cuadrados, en los que además se han reforzado las soleras y se ha apostado por la impermeabilización, para evitar futuros daños y deterioro. Este proyecto tendrá una duración de tres años, momento para el que se espera haber combatido la “despoblación habitacional” de la zona. Estas acciones se unen a otras llevadas a cabo en el Pla de Places i Placetes de proximitat del Barri Vell d’Olot del consistorio, elaborado con la intención de dinamizar y mejorar la calidad de los espacios públicos.