Menu

Cuevas urbanas en Tomelloso: Su tradición vinícola se cuenta bajo tierra

Nos situamos en el año 1820, en Ciudad Real; en concreto, en la localidad de Tomelloso. Varias casas ya han comenzado a excavar sus propias cuevas, bajo sus cimientos. Los picaores horadan el subsuelo, mientras que las terreras se encargan de trasladar la tierra hasta la superficie. Nada se desperdicia; y es que, han pedido que se reserve la arena sobrante para el pavimento de varias calles de la zona.

La Avenida Príncipe Alfonso resulta una crónica detallista de la tradición del vino y el mosto, sin duda una de las principales muestras de patrimonio que aún se conserva a través de tinajas de barro, escalas, filtros y bombas, ocultas en estas cavidades bajo las calles, utilizadas hoy para la circulación de vehículos. El municipio suma en torno a 2.000 de estas singulares bodegas de 12 metros de profundidad.

Sin embargo, la preservación de este relato no ha sido una tarea sencilla durante todos estos años: Ha requerido de un trabajo de emergencia conjunto entre arquitectos y geólogos, liderados por José Aguado Benito y José Alonso Aperte, que han evitado el colapso de gran parte de este sistema de cavidades urbanas.

El resultado de esta intervención ha sido la estabilización de las cuevas-arenero, proyecto que, además, ha sido reconocido por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España en sus Premios Arquitectura 2025. La superficie abordada, de más de 40 metros de longitud, requería, principalmente, la reparación del cielo de la bóveda de las cuevas, dañada en gran medida por el tráfico pesado que une autovía y polígono industrial.

Es por eso que se ha decidido reforzar con aguada de cal. También se ha decidido optar por unos pilares, fruto del reciclaje de cascote procedente de los desprendimientos y mortero de cal, que eviten nuevos hundimientos de estos espacios, que cuentan ya con temperaturas estables y ventilación restituida.

Este proyecto es una auténtica representación de los objetivos de la iniciativa Nueva Bauhaus de la Comisión Europea, y es que aúna tradición y modernidad, trabajo interdisciplinar, apuesta por la sostenibilidad y, en definitiva, un ejemplo de buenas prácticas en torno a la preservación del patrimonio arquitectónico.

Dicho de otra forma, y como ganador del Premio Profesión, crea escuela y divulga soluciones de restauración alineadas con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Agenda Urbana Española.