Disfrutas de una naranja. La piel se queda sobre el mantel. ¿Qué hay de raro en eso? A pocos centímetros, han quedado los huesos de las aceitunas sobre el ‘platillo’ que trajo la abuela Carmen de Alicante. Todo está como siempre. ¿Y si en vez de tirar todos estos sobrantes, todos estos residuos, les damos una segunda vida?
Esta es la premisa con la que nacieron los proyectos Reolivar y Remonda, basados en el reciclaje y la circularidad de los materiales. Ambas iniciativas parten de una realidad sostenida por los números: La importante producción de olivas y naranjas amargas en España, o, más bien, la cantidad de kilos que se desechan.
En Reolivar, del estudio creativo Naifactory_Lab, se dedican tanto a la investigación como a la creación de objetos cotidianos, como lámparas, espejos, azulejos decorativos, o incluso juguetes, todos a partir de una materia prima que habitualmente pasa desapercibida: Los huesos de las aceitunas.
Su proceso de fabricación fomenta no solo la producción local, sino que busca tener un impacto social y medioambiental positivo. Hasta ahora, estos residuos, que suponen el 28% del peso total de cada oliva, eran descuidados y se quemaban. La alarma sonó cuando se hicieron conscientes de que un kilo de hueso emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera que un litro de gasolina.
Reducir la contaminación, pero también el uso del plástico convencional. En Remonda, una startup con firma sevillana, están convencidas de la importancia de lanzar y comercializar alternativas biobasadas y biodegradables. Sus principios beben de la filosofía de la Nueva Bauhaus Europea, al igual que los de Reolivar, pues siguen un enfoque inclusivo y apuestan por modelos de desarrollo responsables y colaborativos.
Su equipo cuenta con experiencia en biotecnología, geología climática y márketing internacional, y ya han sido alabadas por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en la Cumbre de la ONU sobre la Financiación al Desarrollo, celebrada el pasado mes de junio en la capital andaluza. Este proyecto fue apoyado en 2024 por el NEB Catalyse, un programa de aceleración de startups promovido por la iniciativa Nueva Bauhaus y el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología.
A través de su página web, venden bolsitas para joyas, fundas de gafas de sol y carteras, fabricadas a partir de la cáscara de naranjas amargas y una resina ecológica. Por su parte, los objetos de Reolivar están disponibles en una pequeña tienda de Barcelona. Esta es una forma ideal de acercarse directamente a su “madera virgen extra”, así como a Reolivar Aire, un material de aspecto ligero y traslúcido similar al cristal.
El mercado de biomateriales en España
Ambas iniciativas han enfrentado dificultades durante la puesta en práctica de sus ideas, especialmente en lo que se refiere a la inversión económica y a la comercialización de los productos resultantes.
Y es que, el mercado español de biomateriales se encuentra en un proceso de desarrollo en el que cada vez son más las propuestas sostenibles, inclusivas y de calidad que buscan sustituir a los materiales de siempre que, entre otros factores, han podido contribuir a la actual situación climática crítica.
En una entrevista concedida a El Correo de Andalucía, las fundadoras de Remonda expusieron que su material está siendo muy atractivo en Alemania y países escandinavos, donde existe una mayor conciencia hacia el alcance de un sustituto eficiente al plástico. Por el momento, se encuentran trabajando en esta startup solo los fines de semana y festivos, ya que, debido a la falta de recursos, la empresa se encuentra en “fase semilla”.
En el caso de Reolivar, sus promotores no han dejado de moverse entre ferias profesionales de artesanía, como Maker Faire BCN, y también han emprendido colaboración y coworking con otras entidades; es el caso de la empresa cordobesa Micronizados Vegetales, que les suministra materia prima para experimentar sus diseños.
Asimismo, han dispuesto del apoyo técnico y la mentoría del Fab Lab de Barcelona, financiado por la Unión Europea y ubicado dentro del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC).