“La arquitectura del mañana se ensaya hoy en Logroño”. Esta expresión del diario El País sintetiza el espíritu de Concéntrico, que más que un festival, se trata de un laboratorio de prácticas contemporáneas de diseño y arquitectura, consideradas herramientas para fortalecer el sentido de pertenencia y la comunidad.
Este año, la iniciativa logroñesa celebra su décimo cumpleaños, desde este jueves 19 de junio hasta el próximo día 24. Consolida, así, una década siendo incubadora de soluciones urbanísticas creativas y, sobre todo, adaptadas al presente.
La nueva edición supone un punto de inflexión en su filosofía tradicional, pues ya no solo incluye intervenciones temporales, sino que suma proyectos permanentes, itinerancias internacionales, talleres, recorridos urbanos y actividades educativas, que buscan la regeneración del contexto urbano.
Su programa continúa durante todo el año, lo que le permite gestionar también, y de manera independiente al festival, concursos que enfrentan los desafíos sociales y ecológicos de los entornos construidos, como son la accesibilidad y la sostenibilidad, pilares fundamentales de los proyectos con ‘sello Nueva Bauhaus’.
En esta ocasión, sale a relucir Al agua patos, un proyecto de isla permanente en el Parque Felipe VI de la localidad, que busca combatir el fenómeno denominado “isla de calor”; éste refiere el aumento de la temperatura en las zonas urbanas en comparación con las áreas rurales cercanas, producido por la contaminación, la actividad humana, los materiales de construcción, como el hormigón, y la falta de vegetación.
La propuesta del estudio madrileño K37.lab, seleccionada de entre más de 250, busca revitalizar el espacio precisamente a través del cultivo de vegetación de rápido crecimiento y el estanque existente. “¿Y si se pudiera caminar sobre el agua?” Se fomenta la accesibilidad al estanque desde una parcela hexagonal protegida con una pérgola, que sirve de ‘pulmón verde’ en sus 15 metros de diámetro.
En ella se planea combinar plantas de baja altura con algunos árboles altos, que proporcionarán sombra y que, en definitiva, ofrecen una nueva vida a este espacio urbano único. Para mitigar los efectos de las olas de calor, no dejan de ser relevantes el suelo permeable y natural, y los bancos y mobiliario urbano accesible.
En definitiva, supone una solución de calidad para todo el vecindario, sensible con las dificultades de los colectivos y también con la naturaleza autóctona. Estas características lo convierten en un ejemplo inspirador de los objetivos de la iniciativa NEB de la Comisión Europea.