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Biofotovoltaica para la naturaleza y las personas.

Proyecto ganador del 1er Premio Estrellas Emergentes Nueva Bauhaus Europea en la categoría «Reconectar con la Naturaleza – Voto público».

Ubicación: El Masnou (Barcelona).

 

Si protegemos, promovemos y estudiamos los ecosistemas naturales, no solo podremos sostener los servicios ecosistémicos, sino que también descubriremos nuevas formas de aprovecharlos al máximo. Para ello, se necesita un cambio de mentalidad, para que las personas pasen de tomar la naturaleza como un hecho a explotar a considerarla un regalo, una pertenencia personal que necesita ser cuidada para maximizar sus beneficios de una manera responsable.

Este proyecto tiene como objetivo impulsar estas dos ideas, mediante el desarrollo de una infraestructura verde pública que permita aprovechar al máximo la naturaleza para proporcionar un alto valor a nuestras ciudades, no solo transformando una zona urbana en decadencia en un entorno estético, saludable y biodiverso para que los ciudadanos disfruten, sino particularmente implementando una tecnología innovadora, la biofotovoltaica, que permite obtener energía del funcionamiento normal de las plantas.

Con el fin de promover el cambio mencionado en la mentalidad de las personas, seguiremos un enfoque de construcción pedagógica y colaborativa que involucrará a voluntarios locales de diferentes orígenes para sumergirlos en la naturaleza y enseñarles conceptos básicos de salud ambiental, biología vegetal, sostenibilidad, producción de energía y otros. Este enfoque nos permitirá compartir el conocimiento científico natural con la sociedad, comunicar el valor y el potencial de los ecosistemas naturales y la importancia de proteger la naturaleza y, además, crear una oportunidad inclusiva para que personas de diferentes generaciones y orígenes sociales interactúen, compartan experiencias y aprendan unos de otros, construyendo una comunidad local y mejorando los sentimientos de pertenencia.

La tecnología que se aprovechará para obtener energía de las plantas se llama biofotovoltaica (BPV) y es una fuente emergente y prometedora de energía limpia. Al inicio de este proyecto, se estimó que los sistemas BPV podrían generar hasta 3,2 W m-2 de área de plantación en condiciones de Europa Occidental (Helder, 2012).

1) Promover el desarrollo e implementación de la biofotovoltaica en las zonas urbanas como vía hacia ciudades más limpias y sostenibles, a través de la creación de nuevos ecosistemas multifuncionales capaces de reducir el impacto ambiental generado por ellas. Las áreas urbanas en decadencia se transformarán en nuevas áreas verdes, haciendo que la vida en nuestras ciudades sea más saludable y reduciendo su impacto ambiental al producir energía limpia para satisfacer sus demandas de energía.

2) Promover el uso de materiales naturales y reciclables cuyo abastecimiento genere un impacto mínimo al medio ambiente. Aproximadamente, el 95% de los materiales necesarios para llevar a cabo este proyecto son naturales como el suelo, las plantas y el agua.

3) Promover modelos colaborativos y pedagógicos donde los participantes adquieran nociones útiles sobre los procesos naturales y la biofotovoltaica y el papel clave que juega la naturaleza en la vida moderna. La infraestructura verde se construirá con la colaboración de voluntarios de diferentes orígenes y edades, creando oportunidades para el diálogo intergeneracional, compartiendo perspectivas y aprendiendo unos de otros. ‘Aprender haciendo’ resulta en una mejor comprensión de los conceptos y crea un sentido de autoría hacia los resultados, lo que resulta en el empoderamiento de la comunidad y la voluntad de cuidar el trabajo y, en extensión, de la naturaleza.

4) Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos (Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 7, establecido por las Naciones Unidas en 2015). La biofotovoltaica (BPV) es una fuente de energía limpia que aprovecha la fotosíntesis y la actividad metabólica de los microorganismos heterótrofos existentes en la rizosfera vegetal para generar energía eléctrica. El 13% de la población mundial todavía no tiene acceso a servicios modernos de electricidad. La investigación y el desarrollo adicionales de esta tecnología y su adaptación a diferentes climas locales y biodiversidad ayudarían a garantizar que todos tengan acceso a la energía.

La estética se puede encontrar en la naturaleza a través de sus miles de formas armoniosas, equilibradas y sostenibles. Para llevar la estética de la naturaleza a nuestras ciudades, debemos elegir especies vegetales autóctonas para nuestras infraestructuras verdes, especies que sean las más adecuadas para nuestro entorno local. Estas plantas nativas se verán saludables a lo largo del año, cambiando su aspecto dependiendo de las estaciones y atrayendo aves e insectos locales para aumentar la biodiversidad de la zona. Esto no solo aseguraría un espacio hermoso y natural, sino que también aseguraría que los recursos necesarios para el mantenimiento (personal, materiales, agua…) sean los mínimos.

La infraestructura verde, con su diseño inteligente y biofotovoltaica integrada, producirá y suministrará electricidad de forma autónoma al mobiliario urbano que la rodea, como demandas de baja tensión como alumbrado urbano, WIFI público, etc.

La infraestructura se diseñará siguiendo el concepto de biofilia: amor por la naturaleza y otros seres vivos. El diseño biofílico trata de emular la naturaleza en los edificios en los que pasamos nuestro tiempo, incorporando diferentes elementos de la naturaleza tanto en espacios interiores como exteriores con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar de las personas.

La ubicación de la infraestructura verde se elegirá de manera que su construcción sirva para regenerar un área urbana en decadencia, transformándola en un área comunal poderosa y hermosa que los ciudadanos puedan disfrutar y que ayude a aumentar y proteger la biodiversidad local. Además, la infraestructura verde se diseñará para aprovechar al máximo el espacio existente y para integrarse perfectamente en el urbanismo circundante, para evitar grandes obras de adaptación.

Finalmente, creemos que la creación de un nuevo entorno verde capaz de producir energía limpia tendrá un efecto dominó y conducirá a la construcción de más y más áreas funcionales verdes: un parque inteligente de este tipo captará el interés de las instituciones públicas y obtendrá la defensa ciudadana.

La biofotovoltaica aprovecha los subproductos de la simbiosis existente entre plantas y bacterias. Este proyecto tiene como objetivo extrapolar este concepto de simbiosis a los seres humanos, aprovechando la colaboración de diferentes perfiles de voluntarios (por ejemplo, familias, estudiantes de escuelas locales, ancianos, personas en riesgo de exclusión social) para construir no solo una infraestructura verde sino también una mejor comunidad donde todos se sientan conectados y apreciados y puedan compartir su conocimiento y experiencia.

El proceso colaborativo de construcción y mantenimiento seguirá un enfoque de ciclo de 4 pasos, donde los voluntarios aprenderán sobre diferentes procesos y conceptos naturales:

  1. Preparación del suelo – conceptos abordados: reciclaje, materia orgánica, ciclo del carbono, compostaje, circularidad
  2. Preparación de plantas – conceptos abordados: fotosíntesis, microorganismos y bacterias, hábitat y ecosistemas, propagación y multiplicación de plantas
  3. Construcción participativa – conceptos abordados: biofotovoltaica, energía y ciudades, biodiversidad y especies autóctonas, servicios ecosistémicos
  4. Monitoreo, evaluación y rediseño – conceptos abordados: materiales naturales y reciclados, cuidado de plantas, climatología

Los participantes deben completar todas las etapas para aprender los conceptos mencionados y llegar a una buena comprensión de cómo funciona y es la biofotovoltaica. Este conocimiento aumentará el interés en la naturaleza y los procesos naturales de los voluntarios, pero también los capacitará para crear sistemas biofotovoltaicos por sí mismos. Además, la metodología puede adaptarse y replicarse en cualquier parte del mundo, lo que resulta en poblaciones empoderadas y promueve el autoacceso a la electricidad y la libertad energética.

Además, la implementación de esta tecnología generaría energía limpia y barata que se utilizaría para alimentar el mobiliario urbano eléctrico de la ciudad.

La participación de la administración pública y los ayuntamientos será clave para encontrar una ubicación adecuada y convocar a los participantes adecuadamente.