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La Unión Europea acoge decenas de proyectos internacionales que ‘pasan a la acción’ en la lucha contra el cambio climático

La crisis climática es real y la Unión Europea se ha comprometido a hacer algo al respecto. Sin duda, uno de los hitos históricos europeos en la concienciación sobre los efectos del cambio climático tuvo lugar en el año 2019, cuando se puso en marcha el Pacto Verde Europeo, con el objetivo final de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a ‘cero’ en el año 2050.

A día de hoy, en el seno de la Comisión Europea, son muchas las iniciativas vinculadas a este pacto que elaboran medidas directas sobre el terreno, desde el ámbito estatal hasta el comunitario y local, para combatir las consecuencias sobre la fauna y la flora del planeta que el propio ser humano ha ocasionado con el desarrollo industrial y tecnológico, así como con el resto de sus actividades.

Una de ellas es el Pacto Europeo por el Clima. Su creación marcó la diferencia porque supone la participación ciudadana en la toma de decisiones. Hace menos de un mes, el 8 de octubre, se celebró en Bruselas un nuevo encuentro entre los embajadores del también conocido, en inglés, como European Climate Pact.

Aunque los 40 participantes, entre embajadores y socios, tienen diferentes orígenes, y no comparten las mismas circunstancias ni tradiciones, sí que les une una clara pasión que los motiva a participar en actividades y debates sobre el clima. Se trata de su inquietud por hacer que el cambio suceda. Esta comunidad está formada por voluntarios y voluntarias que intercambian herramientas, recursos e ideas sobre proyectos que se pueden ‘imitar’ entre un país y otro.

La reunión de la comunidad del Pacto Climático ha formado parte, además, de la Semana Europea de las Regiones y Ciudades (#EURegionsWeek), un evento que se celebra cada año para discutir las mejores decisiones en política urbana y regional.

España presentó en la reunión una iniciativa liderada por la ecóloga y educadora Carmen María Pérez Juan.

Su proyecto nace de la importancia que pueden tener los guías turísticos en la educación sobre la acción climática local.

Si los itinerarios realizados por dichos profesionales incluyesen información sobre los efectos de la contaminación en el patrimonio cultural, los visitantes tendrían una nueva oportunidad para tomar conciencia sobre su propio impacto en las ciudades y los pueblos, y podrían protegerlos.

La Comisión Europea ofrece en su página web un conjunto de acciones que permiten fomentar la participación ciudadana. ¿Quieres involucrar a tu familia, tus amigos, tu centro educativo o a tus compañeros de trabajo? Consulta todas las actividades disponibles.

Por ejemplo, organiza juegos climáticos, un debate sobre la transición ecológica, o sencillamente reúne a tus seres queridos en una comida en la que probar nuevos alimentos e intercambiar recetas.

Desde el portal web también podrás compartir los resultados de los encuentros organizados, e incluso motivar la puesta en marcha de esa misma actividad de forma regular.