Patrimonio industrial regenerado en favor de la inclusión social. Desde luego que apenas 10 palabras no son suficientes para definir la importante labor que se está desarrollando en el complejo rehabilitado del Vapor Cortès, en el barrio de Ca n’Aurell de Terrassa (Barcelona).
La adaptación de este espacio, una de las grandes fábricas de la ciudad, ha sido llevada a cabo por el estudio H Arquitectes, que se ha centrado en aportar un lugar con sentido, enfocado en las personas, sus vínculos, sus afectos y necesidades.
Funciona desde el año 2024, y ha sido galardonado en la primera edición de los Premios de la Casa de la Arquitectura, que reconocen las acciones arquitectónicas innovadoras cuyo reto principal es la cohesión social y territorial.
En este edificio, gestionado por la Fundación PRODIS, se ofrecen talleres ocupacionales a personas con diversidad funcional y a usuarios con dificultades derivadas de su estado de salud físico, mental y emocional.
“Al aniversario, vino el padre de uno de los usuarios y me contó, que fue muy emocionante, que su hijo lleva un año sin ningún episodio. El último había sido hacía un año, justo el día antes de inaugurar el centro, y el chico había roto las baldosas de su casa. Son personas con dificultades muy importantes. La arquitectura tiene un potencial del que a veces no somos ni conscientes”, expresaba uno de los miembros del equipo de H Arquitectes durante la ceremonia de entrega de los premios, que tuvo lugar en mayo.
La rehabilitación de este espacio, que además fomenta la memoria en torno al patrimonio industrial catalán, también fue reconocida el año pasado con un Premio Bonaplata, otorgado por la Asociación Museo de la Ciencia y de la Técnica y de Arqueología Industrial de Cataluña (AMCTAIC).
Y es que, PRODIS, con sede principal en Madrid, ha querido dar un paso más en sus funciones para el desarrollo social y la inclusión laboral con esta estructura, que mantiene su cubierta de correas, latas de madera y baldosas cerámicas rematadas con teja arábiga.
Consideraciones técnicas
En las dos naves originales, reforzadas con nuevas vigas o jácenas transversales, el estudio de arquitectura de Sabadell ha situado talleres, aulas formativas, cocina y comedores con espacios complementarios, como sanitarios, salas de reuniones y almacenes.
La intención en todo momento ha sido combinar las estructuras nuevas y viejas siguiendo la misma lógica constructiva y material que tenía el proyecto industrial primitivo. Es por eso que también se ha utilizado la madera como principal elemento constructivo y de revestimiento.
Asimismo, se ha apostado por el bienestar de los usuarios a través del alcance de un buen nivel de aislamiento térmico, ventilación natural y protección solar, que favorezca el desarrollo de todas las actividades previstas. En total el espacio supera los 3.800 metros cuadrados, y fue regenerado entre 2022 y 2024.