Programa de impulso a la rehabilitación de edificios públicos (PIREP).

Para la valoración de la calidad se considerará el valor arquitectónico de la propuesta, el interés conceptual para mejorar técnica, estética y funcionalidad del edificio existente, la racionalidad, flexibilidad y funcionalidad de la intervención y la integración armoniosa en el tejido urbano y en el paisaje.

También se tendrá en cuenta la adecuación al coste de la actuación; es decir, la adaptación de los espacios a los estándares de eficiencia, el rigor de la justificación aportada, la sencillez y los menores costes potenciales de mantenimiento.

Para la valoración se considerará la coherencia, credibilidad y precisión de la planificación temporal de toda la actuación (prevista por el cronograma que acompaña a la actuación), así como la metodología de trabajo propuesta para garantizar el cumplimiento de los objetivos exigidos.

Se tiene en cuenta que la selección y elaboración del proyecto sea el resultado de concursos de proyectos con intervención de jurado (u otro procedimiento en el que se haya tenido en cuenta únicamente la calidad de la propuesta), de procesos participativos, comités de expertos, participación ciudadana, colaboración entre administraciones, o cualquier otro procedimiento orientado hacia el equilibrio económico, social e institucional y de planes de actuación.

Se valorará la capacidad de la actuación para incorporar, -además de una reducción de, al menos, un 30 % del consumo de energía primaria no renovable-, mejoras en la habitabilidad, la accesibilidad, la conservación, la seguridad de utilización y la digitalización de los edificios.

Para la valoración de la innovación se considerarán tres ámbitos:

• En el ámbito de la innovación energética se tendrá en cuenta el alcance del ahorro mínimo exigido del 30 %, así como aquellos proyectos orientados a transformar el edificio en uno de consumo nulo, casi nulo, o con una reducción más ambiciosa aún.
• En el ámbito de la innovación constructiva se atenderá a la elección de materiales y el diseño de soluciones constructivas, sin pasar por alto la higiene, la salubridad, el confort y la sostenibilidad
• Y la innovación tipológica, que lleve a una modernización de la Administración Pública, mediante la optimización y/o transformación de espacios, tanto a nivel físico como conceptual.

Se valora que la actuación sea idónea para lograr unos espacios inclusivos y accesibles, que incorporen soluciones sostenibles que respondan a necesidades más allá de la dimensión material, en la línea de lo que propone la Nueva Bauhaus Europea, que posibilite la recuperación de edificios en desuso, que genere impacto en su entorno y que contribuya a las prioridades del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.